miércoles, 9 de julio de 2014

CARTA DE JUAN, PRESO POLÍTICO POBLANO, PA LXS COMPAS QUE SE ORGANIZAN EN LAS JORNADAS CULTURALES

 

A las Jornadas Culturales por la Libertad de los Presos Políticos y contra los Proyectos de Muerte.


Compañeras y compañeros:

Nos da mucho gusto la organización de estas jornadas que seguro han costado mucho trabajo y esfuerzo, pero sobre todo son obra de corazones guerreros, corazones rebeldes, corazones tiernos, corazones rudos, corazones que no se dejan vencer por el embrujo del capitalismo. A todos ustedes les damos las gracias por existir y por ser.

Estos tiempos necesitan de nuestros corazones, de nuestras manos, nuestro coraje y sobre todo nuestra voluntad. La voluntad de querer trabajar unidos, de dejar a un lado diferencias mínimas, orgullos y competencias inconscientes, sino ser cada quien como es, pero saber cuándo hay que unirse para formar el puño, el martillo o el marro que no permita se levante el muro de la injusticia, que no permita que la poca o mucha justicia que lograron nuestros abuelos a través de la sangre, para que el campesino tuviera tierra y agua, el trabajador derechos y el estudiante educación; hoy veamos cómo se desvanece esperando sumarnos sólo si vemos una gran masa de gente surgiendo de quién sabe dónde, mientras que los problemas que vive nuestro pueblo como gasoductos, minas, privatizaciones, despidos, ataques al barrio etc. no les hacemos tanto caso porque no aparecen en la “feisbuk” y no son tan emblemáticos para solidarizarnos. Entonces, grandes potenciales de lucha y defensa caen desmoronados frente al muro de la injusticia, pues si hay una persona o un pueblo que se levanta ante el injusto, pero nadie lo ve, nadie más lo oye, normalmente es aplastado.

Compañeros sabemos que en estos tiempos existe miedo más en nuestras mentes que en nuestros corazones, porque el miedo del corazón, pienso, es un miedo a la injusticia, y el miedo de la mente es un miedo a enfrentar esa injusticia. Por eso, la Doctora Berta de Radio Universidad cuando la APPO y Bety Cariño decían: “Hay que tener la cabeza fría y el corazón caliente”

Por eso los invito a que escuchemos más a nuestro corazón que teme el mundo apocalíptico que puede suceder si nosotros no enfrentamos el problema de nuestro tiempo, que tengamos paciencia y tolerancia con nuestro compañero diferente, pero también despertemos la agudeza de nuestros sentidos frente al deshonesto, al traidor. Pero que de verdad despertemos esa agudeza, porque luego sólo nos dejamos llevar por chismes inverosímiles y aunque haya muchos elementos para no creerlos, los creemos sólo porque tenemos el afán de caminar separados.

Y no pienso que esté mal caminar separados, cada quien su paso, eso está muy bueno; pero mirar de arriba abajo a los demás, juzgarlos desde fuera sin contar con los elementos, eso parece más soberbia y competencia. Por eso esta humilde propuesta que les hago de caminar juntos en los problemas y en la construcción de sueños encontrarnos quienes queramos, a quienes no quieran en sus sueños, no los inviten, pero en los problemas no nos dejemos solos.

Porque el problema con los presos políticos es que cuando existen, estamos dejando que el Estado sea autoritario y adiós democracia y derecho humanos. El Estado por definición tiene el monopolio del uso de la violencia y la impartición de justicia, es un poder muy grande, muy peligroso que se supone es “equilibrado” con el respeto que debe haber a los derechos humanos, la libertad de expresión y manifestación. “Si te vamos a otorgar el poder del monopolio del orden público a través de la supuesta democracia, debes asegurarnos siempre que respetarás nuestros derechos” cuando esto no sucede, entonces tenemos un gobierno autoritario ergo dictadura, ergo violencia, destrucción, muerte e injusticia.

Por eso cada que se cansen, que se harten de luchar recuerden el miedo del corazón al mundo apocalíptico, que por mucho es muy probable si dejamos pasar en nuestro territorio los proyectos de muerte.

Disculpen las palabras pero la cultura de hoy ha hecho que nos creamos mucho y hagamos poco menos de lo que nuestros abuelos hicieron por nosotros, aun cuando nuestra realidad y perspectiva de futuro va siendo más negra e irremediable que la de nuestros abuelos, porque antes acaparaban las tierras para explotar los frutos, hoy las acaparan para destruirlas.

La mayoría creemos que las cosas ya no se tienen que arreglar con armas y con violencia, con matar y morir, sino con la vía pacífica, el problema es que el enemigo sí es violento; entonces para regresarle su ataque de violencia pacíficamente necesitamos más sacrificio, imaginación, esfuerzo y tiempo que por la vía violenta. Sabemos que la vía pacífica es más difícil, sin embargo muchos le damos lo que podemos, lo que nos sobra y encima nos portamos sectarios, orgullosos ¿creen que vamos a llegar a buen puerto?

Cada quien dará lo que pueda y está muy bien dado, pero con compromiso y les propongo que cuando enfrentemos un problema hagamos lo posible por mantenernos unidos, solidarios y organizados.

Y adelante con la fiesta que la mejor forma de combatir la muerte es la alegre rebeldía.

¡Felicidades compas y muchas gracias!
¡Zapata vive, la lucha sigue!
¡Alto a los proyectos de muerte!
¡Presos políticos libertad!

 

Juan Carlos Flores Solís

 

 

 


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